MAYRA GOMEZ KEMP: "Los directivos de la tele se divorciaron de mí"

 

Está Mayra Gómez Kemp feliz en su casa. Hace ya mucho de cuando no podía ni parar en un semáforo sin que le asaltaran los fans. «Ya lo hice, ya estuve allí y hay un pozo de cariño, pero es el momento de la tranquilidad». Recuperada totalmente del cáncer de lengua que sufrió hace año y medio, se ha dejado ver esta semana pasada en el Festival de Radio y Televisión de Vitoria.

–¿Está desentrenada o eso de ponerse delante de las cámaras no se olvida nunca?

–Esto es como andar en bici y nadar, no se olvida. Aunque yo me entreno cada semana en la tertulia de actualidad de la televisión de Aragón. Pero es debate de actualidad, no del corazón ¿eh?

–Apesar de la advertencia, usted acudió a un programa ‘rosa’ (‘DEC’) a contar lo de su enfermedad...

–Es que me dije: ‘antes de que salgan a hablar de mí, salgo yo a contarlo’, pero les advertí de que tenía que tratarse con mucha delicadeza. Ellos me dijeron:‘ésta es tu casa’ y lo hicieron como les dije. Para mí fue como salir del armario, pero también pensé que al ser un personaje público podría ayudar a otras personas enfermas. La respuesta de la gente fue increíble, todavía me preguntan qué tal me encuentro.

–Es que ya no la ven por la tele. ¿No la echa de menos?

–No, no. Tal vez hace unos años sí, pero ya no. Yo ya estuve allí y ahora es el momento de la tranquilidad.

–¿Se divorció usted de la televisión o fue al revés?

–Los directivos de la tele se divorciaron de mí, pero no el público.

–¿Le dolió?

–Al principio sí, es como los cuernos.

–Pero le habrán tentado con la vuelta más de una vez.

–Con lo que me han ofrecido en los últimos años, mejor quedarme en casa. O eran concursos horribles, o me invitaban a ir a la tele a hablar de los demás.

–¿Y nunca tuvo tentaciones de decir que sí? Tenía al público ganado...

–Nunca se tiene al público ganado. Si haces un bodrio siempre será un bodrio. Si en la vida yo he tenido algo ha sido coherencia, y a estas alturas del partido prefiero quedarme en casa, que estoy muy a gusto. La televisión ha sido mi trabajo, no mi vida.

–¿No le parece injusto?

–La vida en general es injusta pero yo he sido una privilegiada.

–¿Ignora el medio a la gente un poco más mayor?

–Eso es algo típico de este país. Ocurre también con los ex presidentes, con actores y cantantes... Pasado un tiempo pasan a ser como un jarrón chino muy bonito que no sabes dónde poner.

–TVE va a emitir una serie con actrices veteranas, ‘Las chicas de oro’.

–Y me parece maravilloso. No se puede ser mejor que Concha Velasco, Lola Herrera, Carmen Maura y Alicia Hermida. Va a ser un éxito y va a ser bueno que lo sea.

–Parece que hoy sólo se valore la juventud y una cara bonita

–Siempre se ha valorado. Somos latinos y este negocio es duro y cruel, sobre todo para las mujeres. Todavía tenemos que reivindicar muchas cosas para lograr la igualdad con los hombres.

–¿A usted también le ayudó la juventud y la belleza?

–Todo ayuda. Si buscas a una secretaria y se presenta una chica con granos y 300 kilos y otra que no, a igualdad de conocimientos coges a la segunda. Es injusto pero es así.

–¿Están preparados los profesionales de la televisión de hoy?

–Es gente muy válida y muy preparada. Mucho más que hace treinta años. Antes sólo sabíamos hablar inglés José María Íñigo, Jesús Hermida y yo. Ahora lo hablan todos. En la tele no basta con ser mono.

–¿Enciende el televisor y se horroriza?

–Los programas son como los gobiernos. Tenemos la tele que nos merecemos. Pero ahí está la fuerza del mando a distancia, para cambiar o para apagar y salir a dar un paseo o coger un libro. Soy optimista y esto cambiará, pero los cambios son lentos